Ando un poco triste.
Ando un poco tenso.
Pero camino firme, sin desviarme.
Yo y sólo yo he elegido lo que he elegido.
Y estoy plenamente convencido de que he elegido ser feliz.
Me lo merezco.
Realmente estoy un poco desubicado ahora mismo.
Es cierto que estoy muy agusto donde estoy.
Pero también es cierto que siempre me ha gustado estar solo.
Cuando he necesitado soledad no la he tenido.
No me gusta que me digan lo que tengo o no tengo que hacer.
Porque basta que me digan ‘haz una cosa’ para que no la haga, aunque me apetezca hacerla.
Espero que todo me salga bien, que pueda asentarme en un tiempo no muy lejano.
Empezar a intentar rehacer mi vida. Vivir.
Y sobre todo, decidir cosas por mí mismo, pensando en mí, en mi bien.
Y aunque muchos me tilden, tilden esas actitudes, de ‘egoísta’, no lo es, no lo soy, nunca lo he sido.
Si lo fuera, si lo hubiera sido, no habría actuado como lo he hecho, como sigo haciendo.
Es muy duro saber que no te comprenden, que no entienden que uno tiene unas razones muy valoradas, muy recapacitadas, muy reflexionadas, muy estudiadas. Y que eres muy malo.
Es muy duro saber que los que están cerca no comparten tu decisión, tus decisiones, aunque no lo digan abiertamente, se sobreentiende.
Es muy duro pensar que, por querer lo mejor para mí, e indirectamente, para los demás, se intente que me sienta culpable.
No soy culpable de nada, únicamente de querer ser feliz, y no lo era.
Y aunque haya alguien a quien no le guste pensarlo, todo está escrito, lo que tenga que pasar, pasará.
Y no es cuestión de sentirse como una marioneta a la que mueven los hilos para que vaya a un lado u otro.
El destino de las personas está marcado.
Uno puede intentar ‘cambiarlo’.
Pero … ¿no será que también está escrito que uno intente cambiar su destino?.
No lo sé.
Sólo sé que cada día que pasa, estoy más seguro de haber tomado una decisión correcta.